6 de agosto de 2003

Hace unos dias caminaba por las calles de Londres. Estuve escuchando jazz en Covent Garden y despues camine buscando alguna libreria de viejo que los restaurantes chinos o las sex shops no se hubieran devorado. Encontre una cerca de Leicester Square y el barrio chino, en la entrada solo un cartel de tamanho medio BOOKS, nada mas. Raymond, el librero me recibio con un movimiento de cabeza mirando por debajo de sus lentes. Camine por los pasillos crujientes por donde alguna vez caminaran Pound, Eliot, Yeats y Joyce. Eso me lo dijo Raymond mas tarde cuando en los anaqueles historicos tomaba un ejemplar polvoso de THE WASTE LAND y leia sus primeros y fulminantes versos:
'APRIL is the cruellest month, breeding
Lilacs out of the dead land, mixing
Memory and desire, stirring
Dull roots with spring rain.'
Raymond me dijo su nombre y me conto que era raro ver gente de mi edad por esa zona que habian tomado por asalto los turistas amantes de las hamburguesas y el teatro musical. Me pregunto si buscaba algo en especial, le dije que no, que me gustaba navegar las librerias y solos, los libros se manifestarian como seres vivos buscando un lector para mantenerse vivos. Me invito a bajar al sotano, debo decir que al principio me parecio extranha tal invitacion pero se que un amante de los libros suele ser una persona de confianza. Mi criterio facil me llevo al sotano donde pareciera estar emparedado Fortunato. Si me hubiera ofrecido una prueba de amontillado hubiera salido corriendo rumbo a piccadilly circus. Pero no, en su lugar me llevo a un anaquel con pocos libros que a diferencia de los otros no tenian polvo y telaranhas, como si hubieran sido aislados del tiempo por un decreto de bibliofilo divino. Despues de una larga explicacion de sus motivos me ensenho el volumen cuatro de las obras completas de Marcel Worthington, libro que ahora tengo entre mis manos con su pasta verde olivo y las letras plateadas. Debo reconocer como es posible que unas paginas al parecer inofensivas puedan cambiar la vida de uno y a veces hasta el destino del mundo.

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